Años atrás, se hizo un curioso experimento.

Se mostró a un grupo de gente un video donde dos equipos de basketball se pasaban un balón: un equipo estaba de blanco y el otro, de negro y le pidieron a esa gente que se enfocara solamente en contar los pases que el equipo de blanco hiciera.

A mitad del video, aparece alguien disfrazado de gorila, se pega en el pecho y se va.

Miles de personas vieron el video y la mitad no notó nada inusual en él, no vieron al gorila.

El enfocarse en una tarea y, en especial, la instrucción de ignorar a un equipo, fue lo que provocó la ceguera.

Una de las cosas más sorprendentes del estudio fue que la mayoría de los que no vieron al gorila, aún viendo luego el video, juraban que no estaba allí.

Esto demuestra dos cosas importantes acerca de nuestra mente: que podemos ser ciegos a lo obvio y que también somos ciegos ante nuestra propia ceguera.

¿Cuántas veces, por estar obsesionados con “el cambio”, dejamos de ver lo obvio?

La maleta con ruedas se inventó años después que el hombre pisara la Luna, los juguetes de los niños zapotecas tenían ruedas, mientras sus padres arrastraban enormes piedras poniéndoles troncos debajo.

Ser visionario, muchas veces, es ver al gorila.

Estos son algunos de los temas de los que hablo en mis Conferencias y E-commerce Days y son de los insights que permanentemente aplico con mis clientes en Shake Again, mi agencia digital y como consultor.

Si te interesa saber más acerca de ellos, contáctame.

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